Avelino pronto se aficionó a la lectura. De niño devoraba los libros de “Los Cinco en Peligro”, de “Los Hollister” y los de “Elige tu Propia Aventura”.
Creció y ningún clásico de la literatura se le resistía. Desde “La Celestina” de Fernando Rojas a “La Odisea” de Homero, pasando por “Así Hablo Zaratustra” de Nietzsche y “Crimen y Castigo” de Dostoievski.
Creció y ningún clásico de la literatura se le resistía. Desde “La Celestina” de Fernando Rojas a “La Odisea” de Homero, pasando por “Así Hablo Zaratustra” de Nietzsche y “Crimen y Castigo” de Dostoievski.
Pero cuando llegó a sus manos un ejemplar de “El Quijote”, sintió algo especial. Las aventuras y desventuras del ilustre hidalgo y su escudero, de los molinos y gigantes, le apasionaron de tal manera que nació en él una obsesión por descubrir más y más acerca de su autor, y olvidarse del resto.
Empezó a estudiar cada detalle de Cervantes, viajó a Alcalá de Henares, su lugar de nacimiento, y recorrió cada rincón que tuviera relación con él. En Internet, usaba de nick, Miguel de Cervantes, y cambió la foto de presentación en su Facebook.
Incluso cuando se miraba al espejo ya no se veía como Avelino.
Sabía tanto del Quijote y de su autor que impartió conferencias, concedió entrevistas en radios y televisiones, le publicaron entrevistas y algún que otro libro.
Un día se dio cuenta de la fecha que indicaba el calendario y le temblaron las piernas.
Empezó a estudiar cada detalle de Cervantes, viajó a Alcalá de Henares, su lugar de nacimiento, y recorrió cada rincón que tuviera relación con él. En Internet, usaba de nick, Miguel de Cervantes, y cambió la foto de presentación en su Facebook.
Incluso cuando se miraba al espejo ya no se veía como Avelino.
Sabía tanto del Quijote y de su autor que impartió conferencias, concedió entrevistas en radios y televisiones, le publicaron entrevistas y algún que otro libro.
Un día se dio cuenta de la fecha que indicaba el calendario y le temblaron las piernas.
17 ¿Comments o No Comments?:
Me sorprendió, y mucho, el final. Y eso que el título bien podía ser una pista.
Las obsesiones nunca fueron buenas!
Vivió feliz identificado con D. Miguel...
Un abrazo
Muy buen giro final!
Leído y esperando comentarios.
Un abrazo.
Se creyó y lo fue. Genial.
Abrazos
Muy bueno, qué vida!
No había leído el título, y pensé que le temblaban las piernas al enterarse que estaba en el 2010, y me gustó, al leer el título me gustó más.
Un abrazo.
David.
Una apuesta arriesgada la de jugar con los libros y con cervantes, registros muy usados pero que tú has solventado con maestría. Un final estupendo. Felicidades, David
:) Volví al comienzo para leer el título, he de reconocer que me inmiscuí tanto en la vida de Avelino que ni siquiera yo era yo :D
Abrazos
Fascinante.
Es un tema que me apasiona.
Lo abordaste maravillosamente.
No me quedo con lo que leo, creo que rascando un poquito, el micro rezuma misterio y belleza.
Abrazo
SIL
Pues yo creo que el título y la foto anticipan y resuelven el final.
Saludos!
Fascinación llevada al límite. Me gustó. Y también recordar aquellos libros de "elige tu propia aventura", hace poco los he buscado para dárselos a un sobrino. Ainsss qué tiempos
Saludillos
¿Y qué es el tiempo sino un mero capricho del reloj y del calendario?
Buen cierre.
Abrazos a pares.
Ahora si. Me gustó.
¡Qué sería de nosotros sin los comentaristas!
Un abrazo.
Me ha gustado mucho, sobre todo el giro final, sin embargo, yo empezaría el micro en: "Cuando llegó a sus manos un ejemplar de El Quijote..." Porque todo lo anterior es una introducción que, en mi opinión, no aporta, sino que ralentiza. Por lo demás, me parece genial.
Cuando comencé a leer no reparé en el título del micro, y cuando llegué al final, me quedé desconcertado; luego leí el título y me arrancó una risa... Excelente micro.
Bien.
Apuntando tan alto no resultó tan mal el cambio de Avelino por Cervantes.
A pesar de suprimir su propia identidad y reafirmar más la de Don Miguel, incluso bastante habil se vió en evitar lo de nunca segundas partes fueron buenas.
Pone a pensar, la actualización de sevicios que le prestó a Cervantes, más bien a su inmortalidad.
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