Algo está ocurriendo en la biblioteca. La luz del sol que atraviesa las cristaleras apenas tiene fuerza para iluminar el interior. Y los libros de las estanterías sorprendentemente pierden las hojas que caen al suelo formando un manto de poesía y literatura seco y amarillento. Los más expertos bibliotecarios ayudados por un equipo de científicos estudian el caso, miden la temperatura de las salas, toman muestras del aire y observan al microscopio pequeños fragmentos de las hojas yacentes.
Pero a nadie se le ha ocurrido hablar con los libros, preguntarles qué les pasa. Y es que en otoño necesitan más cariño que nunca.
Pero a nadie se le ha ocurrido hablar con los libros, preguntarles qué les pasa. Y es que en otoño necesitan más cariño que nunca.
15 ¿Comments o No Comments?:
Que no se les ocurra regarlos, que se pueden arruinar... Buen relato!
Por favor, amigo, qué metáfora maravillosa TODO EL RELATO.
Quizás deban esperar la próxima primavera...?
Te felicito.
Un abrazo enorme-
Oh cielos, y eso, por qué?
Besicos
Necesitan ser abiertos, leidos. Necesitan el calor de unas manos. Necesitan la astucia de las miradas.
Nos necesitan
Pues no sé, pienso que en otoño es cuando más se lee...Bueno, al menos yo. Es que en verano hace tanto calor que hasta un libro entre las manos te pesa.
Quizás los libros quieran imitar a los árboles.
Abrazos y libros
¿No hay renovación en los libros? Esperad a la próxima primavera...
Menuda pesadilla.
Aunque si tengo que unir una pesadilla y los libros siempre pienso en el fuego. Y sobre todo en quedarme ciego y no poder leer. Entonces le prendería fuego y al menos no la vería arder.
Un cordial saludo.
Y gracias por tu fidelidad.
Bonita manera de recibir al otoño, y respecto a los libros hay que acariciarlos y sobretodo leerlos. Esa es la manera en la que se sienten queridos.
A nadie se le ha ocurrido hablar con los libros... ¿O acaso sólo ellos nos hablan?...
SAludos
Son sin duda los mejores compañeros que puedas tener en esas tardes frias, lluviosas y oscuras de otoño/invierno ¡cuidemosles, que se lo merecen!
Un abrazo.
pero los hay de hoja perenne, no? ;-P
Vaya... claro que hay que preguntarles... nunca te dejan sin respuesta... y en otoño, acuden mas presurosos aun si les llamas.
Bellísimo relato. Seguro que necesitan más cariñito. Por fin me descubro libro.
Gracias por tu visita ypor este magnífico blog.
¿Te puedo enlazar?
Un saludo.
maa, que cosa, lo bueno es que yo los estoy sacando a que les de el sol a la plazuela, jejeje.
Me sacaste un aaaaaaaa de ternura.
Lindo.
Ya me toca a mí darles cariñito a mis libros, a ver si el próximo finde.
Te sigo leyendo.
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