Al llegar a casa, recojo la correspondencia del buzón y la reviso en el ascensor, siempre hay varias cartas tuyas. Abro la puerta con el llavero que me regalaste en nuestro primer aniversario y en el pasillo, el olor a tu colonia embriaga cada rincón. En el frigorífico, siguen los imanes con nuestras fotos puestas. En el salón, tu cojín favorito espera que como siempre al volver del trabajo te acuestes sobre él. Aún recuerdo el día que te lo escondí y te pusiste a buscarlo como loca, ¡menudo enfado cuando supiste que estaba jugando! Y en nuestra habitación, veo tu parte del armario vacía. Me recuerda que te fuiste lejos y no volverás. Y a pesar de todo miro por la ventana por si estuviera equivocado.
EN RUTAS MUDÉJARES
Hace 33 minutos