Una tarde de invierno, un mendigo espera la caridad de la gente. Algunos, al pasar a su lado, le miran con pena, otros ni se dan cuenta de su presencia, absortos en sus asuntos.
La misma tarde, un ejecutivo, se detiene frente al mendigo. Apoya en el suelo su maletín y extrae un billete de su cartera.
–“Para que se vaya a comer un bocadillo en el bar de la esquina”.
Y, abrochándose los botones de la gabardina, se arrodilla, sosteniendo la cajita de monedas.
La misma tarde, un ejecutivo, se detiene frente al mendigo. Apoya en el suelo su maletín y extrae un billete de su cartera.
–“Para que se vaya a comer un bocadillo en el bar de la esquina”.
Y, abrochándose los botones de la gabardina, se arrodilla, sosteniendo la cajita de monedas.
Micro seleccionado en el I Concurso de Microrrelatos "Pepe Ortuño" 2011
15 ¿Comments o No Comments?:
Muy bueno. Y es que...es importante no perder la cuota de mercado en ningún negocio, sea el que sea.
Un saludo.
Esto sí que es cambiar pieza por pieza en el ajedrez, jejeje
Buen giro final, me dejaste a mí también hincado de rodillas.
Abrazos.
Genial.
Muy bueno, David, podríamos decir que dio un paso más allá, no solo alivió su conciencia con unas monedas. Enhorabuena por la selección. Un abrazo.
Muy bueno, David. Me encanta este micro, de hecho tengo uno muy parecido, "La esquina", más largo pero muy parecido. Sin embargo lo que me encanta es el título. Ojalá se me hubiera ocurrido.
Abrazos
Me gustó la idea. Hay que cuidar el puesto de trabajo, con lo solicitados que están.
Saludo
Me gustó mucho este micro. Tiene una especie de poesía implícita
Muy bueno Indio, del título al final. Enhorabuena.
Pues mira, a más de uno le iría de perlas ese cambio de roles... Muy bueno el relato.
Un abrazo.
Me inquieta el ejecutivo. Capaz de quitarle las monedas y decir que viene de parte del banco.
Vaya, yo le di una lectura buena onda. El ejecutivo sustituye al mendigo y sostiene la caja para que no se pierda ninguna limosna.
Abrazos tipo en fin,
PABLO GONZ
Menuda usurpación. Muy bueno.Inesperado final.
El gesto más hermoso que he leído jamás. Precioso tu micro.
Besotes.
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