El pequeño robot Omega 23, teme que se vuelvan a repetir los episodios de las últimas noches, cuando a mitad de su descanso y durante el proceso de recarga de baterías, empieza a sentir espasmos electromecánicos y cortocircuitos en su sistema eléctrico central.
Aunque borroso, recuerda de manera reiterativa el mismo fotograma: una mano humana aproximándose amenazadora hacia su botón de apagado.
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Terrorífica la pesadilla.
Besos, mil.
¿Pesadillas de un Robot en vez de Sueños de un robot? :-)
Me encantó, me hizo acordar a las historias de Asimov. Saludos
Claro, qué hay que pueda temer más un robot que sufrir un estado de coma del que no que nunca sabría si despertaría: depende del tiempo que estuviese desconectado.
Ya sabemos lo que ocurre cuando no hacemos funcionar los aparatos durante largo tiempo: secuelas, eso si es que funcionan.
Me gustó. Un abrazo.
Si es que se ponen muy inquietos, en cuanto se va la luz...
jajaja
Saludos y un abrazo.
Pesadillas de robot. ¿Seremos nosotros creaciones?:-)
Un abrazo, Indio.
Una gran ciberpesadilla, lo malo será el día que no lo pongan a recargar las baterías, ese día, dejará de soñar. Me ha gustado, muy futurista.
Mu-y bi-en, hu-ma-no.
De donde se deduce que los robots sueñan cuando entran en fase RES (Rapid Electromechanic Spasm)...
Jau :-)
Buena la imagen, fotograma de la mano humana directa al botón de apagado. Saludos
Un gran micro, Indio: muy sencillo y muy impactante. Mi aplauso,
PABLO GONZ
¿Es un robot infantil? Da sensación de terror nocturno lo que le pasa.
El giro del final- el fotograma de la mano humana- hace tambalear al lector.
¿ somos inventos ?
Genial
SIL
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