Me confieso ante el Tribunal de la Blogosfera: soy un LADRÓN, un ladrón sin pistolas ni pasamontañas que escondan mi rostro, un ladrón a cara descubierta.
Pero antes de que os lancéis a llamar a la policía cibernauta para que emprenda mi búsqueda y captura, explicaré que robo palabras, conversaciones, monólogos y hasta pensamientos.
No lo puedo evitar.
El lugar de mis hurtos puede ser cualquier lugar, un bar, un autobús, el metro, un ascensor, ... cualquier sitio donde se reúnan una o más personas y trafiquen con palabras.
Diré también para que sirva en mi defensa que intento cerrar los párpados de mis ojos para no oír y me tapo los oídos para no ver, pero sigo sin poder evitarlo.
Total que se me ha ocurrido plasmar en este blog algunas de estas conversaciones y así quizá os convirtáis en cómplices pasivos de mis delitos...
Pero antes de que os lancéis a llamar a la policía cibernauta para que emprenda mi búsqueda y captura, explicaré que robo palabras, conversaciones, monólogos y hasta pensamientos.
No lo puedo evitar.
El lugar de mis hurtos puede ser cualquier lugar, un bar, un autobús, el metro, un ascensor, ... cualquier sitio donde se reúnan una o más personas y trafiquen con palabras.
Diré también para que sirva en mi defensa que intento cerrar los párpados de mis ojos para no oír y me tapo los oídos para no ver, pero sigo sin poder evitarlo.
Total que se me ha ocurrido plasmar en este blog algunas de estas conversaciones y así quizá os convirtáis en cómplices pasivos de mis delitos...
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