Nada más llegar a la casa del pueblo subió al desván. Abrió la puerta con sumo cuidado, aunque no pudo evitar que chirriara un poco y temió ser descubierto. Paralizado en el umbral contuvo la respiración. Y cuando se creyó salvado avanzó dando pasos cortos. Comprobó el tenue halo de luz que siempre atravesaba las persianas y rebuscó entre los trastos viejos almacenados. Herramientas, antigüedades, todas cubiertas de polvo. Del interior de un libro, hoy sí, cayó por casualidad una foto de un bebé en brazos de su madre. En el envés, una nota aclaratoria. Él, llegó de muy lejos.
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Los desvanes dan mucho juego, yo también lo use en el relato de esa semana. Me gusta el modo de contarlo y la sorpresa final.
Un abrazo,
Indio, sorprendente final, donde no podía ser otro lugar más que un desván. Descubrir que tu vida no es como pensabas de esta forma...
Me gustó.
Un abrazo.
Todo desván, como toda cabeza, esconde un secreto. Y a veces cuesta todo un buen micro descubrirlo.
Saludos
Bien escrito, mantienes la tensión a lo largo de todo el desarrollo del micro, hasta el final, abierto, donde la imaginación puede actuar sin límites. Abrazos.
El muy curioso, barruntaba algo. Y al final, tanto buscar... encontró. Lo que no sé es si en el fondo lo quería. Saludos
A veces los secretos que guardan los desvanes no son lo que esperamos.
Un micro con dosis de tensión.
Besitos
De los desvanes y los armarios salen los fantasmas. Buen final. No sé si encontró lo que quería.
Un saludo
Esos desvanes qué tendrán...
Muy bien la intriga, el final, me descolocó. Ya me iba viendo en alguna de mis excursiones infantiles, y ninguna terminaba así. Gracias por cambiarle mi final!
Un saludo, señor indio.
¿Será quizás un futuro de circonita?
Blogsaludos
Los desvanes acumulan restos de vidas, cyuando era pequeño era mi lugar de la casa preferido, como el de todos los niños. Me ha gustado cómo descubre en un desván quién es.
Muy buen final, el que busca acaba encontrando...
Un abrazo.
HD
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