Salvo quizás, por esa gota de sangre visible a través del dorso de su camisa y que caía al suelo como un rosario, nadie podría sospechar que Juan padecía de amor. Le habían clavado un puñal por la espalda y trataba de curar la herida con betadine.
Su mujer siempre le había dicho que nada ni nadie se podrían interponer en sus vidas.
Pero se equivocó.
Hace un año, ella empezó a sentir una fuerte llamada, del Señor, y ahora vive en el Convento de las Carmelitas.
Pero se equivocó.
Hace un año, ella empezó a sentir una fuerte llamada, del Señor, y ahora vive en el Convento de las Carmelitas.
5 ¿Comments o No Comments?:
¡Esa si que es buena! hasta aquel que predica por el amor eterno y la fidelidad se dedica a romper parejas.
Estamos apañaos xD
Un abrazo.
Yo siempre me pregunto si dios utilizará el teléfono para esas llamadas...
Saludos!
es que no se pueden hacer promesas a largo plazo...somos tan volúbles!!!
Genial texto...
:o)
besos
vaya.....
pues que llamada...
Supero varias infidelidades pero no pudo con el amor a Dios ¿no?
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