Raúl se afanaba con suma destreza, en ir de ventana en ventana, tecleando raudo y veloz para atender todas las conversaciones que mantenía simultáneamente abiertas, del Messenger al Facebook, del Facebook al chat de fans de Metallica y de éste sin pérdida de tiempo a contestar unos veinte correos que tenía pendientes. Tras dos horas delante de la pantalla desenchufó el ordenador, debía irse a trabajar. Antes de salir, echó un vistazo por la ventana de cristal que daba a la calle para ver qué tiempo hacía y se mantuvo unos instantes con la mirada ausente. Cemento, cielo nublado, coches, humos, ruidos… Ahí fuera le esperaba un mundo de pocas palabras, demasiada gente desconocida a la que apenas mirar a la cara.
5 ¿Comments o No Comments?:
Ay siempre digo que estas ventanas de los blogs, del msn, del faceb. etc... son mi ventana al mundo... al menos al mundo que mas me gusta...
El real muchas veces deja tanto que desear...
bss asomados a la ventana!!
Esos son los peligros de la realidad virtual. Yo por eso, prefiero las ventanas de cristal. Buen relato!
La paradoja de nuestros días, sí, la convivencia de ventanas virtuales y ventanas reales. Algunos se encuentran más cómodos con unas que con otras.
Besitos/azos.
Triste realidad a veces.
Buen relato!
Un saludo
Publicar un comentario