Protección materna

Tal como está la vida, una no puede ni dormir tranquila. Le tengo dicho a mi hijo que cuide mucho con quién se junta, que no se fíe de ninguna mujer, salvo de su madre claro… ¡hay mucha lagarta suelta! Te querrán por tu dinero y cuando lo hayan conseguido, zas, media vuelta y adiós muy buenas.
Sin ir más lejos, el otro día salió de la guardería cogido de la mano de una niña rubita, de ojos azules, muy mona, pero enseguida vi en su mirada la víbora que esconde. Así que ni corta ni perezosa, les separé de las manos y le grité a mi hijo que aquella niña no le convenía…